YouTube es una plataforma que permite a millones de personas compartir sus vídeos con el mundo. Algunos lo hacen por diversión, otros por pasión, y otros por trabajo. Sea cual sea el motivo, todos los creadores de contenido merecen respeto y reconocimiento por su esfuerzo y dedicación.
Sin embargo, no todo el mundo piensa así. Hay un grupo de personas que se dedican a criticar negativamente a los demás, sin importarles el contenido, la calidad o el mensaje de sus vídeos. Son los llamados haters, o en español, odiadores.
Los haters suelen basarse en aspectos superficiales y arbitrarios para juzgar a los demás. Por ejemplo, el número de suscriptores, las visualizaciones, los likes o los comentarios. Estos datos pueden ser indicadores de popularidad o éxito, pero no son lo único que importa.
Hay muchos factores que influyen en el rendimiento de un canal de YouTube, como el algoritmo, la competencia, la publicidad, el nicho o la viralidad. Estos factores pueden variar mucho según el momento, el tema o el público. Por eso, no se puede comparar a dos canales diferentes solo por sus números.
Además, los números no reflejan el valor real del contenido. Hay canales con millones de suscriptores que ofrecen vídeos de baja calidad, poco originales o incluso engañosos. Y hay canales con pocos suscriptores que ofrecen vídeos de alta calidad, innovadores o incluso educativos.
Lo mismo ocurre con la experiencia. Hay canales que llevan años en YouTube y han aprendido mucho sobre el medio audiovisual, la edición, el guion o la comunicación. Y hay canales que acaban de empezar y tienen mucho que aprender todavía.
Pero eso no significa que unos sean mejores que otros. Cada uno tiene su propio estilo, su propia personalidad y su propia visión. Lo importante es que cada uno aporte algo positivo a su audiencia, ya sea entretenimiento, información, inspiración o motivación.
Por eso, los haters no tienen razón cuando critican a los demás por sus vídeos, suscriptores o visualizaciones. No solo son injustos y desconsiderados, sino que también se pierden la oportunidad de disfrutar de contenido variado y enriquecedor.
Los haters deberían ser más humildes y respetuosos con los demás. Deberían valorar el contenido y la experiencia de cada uno, y no dejarse influir por el número de seguidores o el éxito aparente. Deberían reconocer el trabajo y la pasión de los creadores de contenido, y apoyarlos en lugar de atacarlos.
Y sobre todo, deberían recordar que YouTube es una plataforma para compartir y aprender, no para competir y odiar.